Tú eres Raquel,
que de noche me persigue,
tú eres Raquel,
que te emborrachas y ya no vives,
la que me espera, la que me acecha,
la que quisiera darme en la frente
con un tacón, con un tacón.
Tú eres Raquel,
la pesada que no me olvida,
mira Raquel,
que te mando para la China.
Siempre me esperas, siempre me sueñas
y te ven de noche
con doscientos ventidós.
Ya estás aquí, aquí, para pedirme.
Ya estás aquí, aquí, para robarme.
Ya estás aquí, aquí, para decirme
que tengo cara de camaleón.
Mira Raquel,
no me agotes la paciencia,
mira Raquel,
que con tus piernas hago una trenza.
Y ya no me esperes y nunca olvides
que me llamaste aquella noche
camaleón.
Ya estás aquí otra vez para mirarme.
Ya estás aquí otra vez para insultarme.
Ya estás aquí, aquí, para decirme
dragooón, tostooón, bufooón, melooón.