En un rinconcito del Patio Banderas,
allá en mi Sevilla, un día nací,
y tuve por cuna, fandango y solera
y por sonajero, la Feria de Abril.
Noche sevillana, divino tesoro,
el Alcázar duerme,
soberbio y real,
mientras la divina
torre de los moros
se asoma hasta el patio para verlo soñar.
¡Soleá, Soleá del alma mía!,
blanca rosita de abril,
me estás quitando la vida.
Y yo sin ti no puedo vivir ,
porque a canelita y clavo,
Soleá de mi alma, me hueles tú a mí
De mi rinconcito del Patio Banderas,
buscando otro cielo un día me fui,
y lleve mis coplas por tierra extranjera
lo mismo que un ramo de rosas de abril.
Tuve cuanto quise, brillantes y oro,
mas de tanta gloria me llegue a cansar,
y volví una noche a mi patio moro,
para escuchar la copla
de mi Soleá.
¡Soleá, Soleá del alma mía!,
blanca rosita de abril,
me estás quitando la vida.
¡Y yo sin ti no puedo vivir,
porque a canelita y clavo,
Soleá de mi alma, me hueles tú a mí