Silencio en la tarde

Parodia del famoso tango de Carlos Gardel "Silencio en la noche"

Silencio en la tarde
la gente no duerme,
y para la corrida
no hay localidades.

Un clarín se oye
la gente se esconde,
porque sale el toro
con sus dos puñales,
echando más baba
que mil caracoles.

Eran cinco hermanos
los cinco albañiles
y el más pequeñito
por fin se decide,
cogió su capote,
sólo le dio un lance
y cuando despertaba
se vio en un garaje
cubierto de grasa,
de serrín y de sangre.

Silencio en la tarde,
sigue el mismo toro
y ya son las nueve
y no hay quien lo mate.








Hoy todo ha pasado
mataron al toro
con catorce bombas,
que perdió hasta el rabo.

Y aquel muchachito
sin piernas ni brazos
era una bombona,
ay, de gas butano.



Silencio en la noche,
vamos a acostarnos.
A dormir, a dormir,
a dormir, a dormir, a dormir.

Silencio en la noche
ya todo está en calma,
el músculo duerme
la ambición descansa.

Meciendo una cuna
una madre canta,
un canto querido
que llega hasta el alma,
porque en esa cuna
está su esperanza.

Eran cinco hermanos
ella era una santa,
eran cinco besos
que cada mañana
rozaban muy tiernos,
las hebras de plata
de esa viejecita
de canas muy blancas.
Eran cinco hijos
que al taller marchaban.

Silencio en la noche
ya todo está en calma,
el músculo duerme
la ambición trabaja.

Un clarín se oye.
Peligra la Patria.
Y al grito de guerra
los hombres se matan,
cubriendo de sangre
los campos de Francia.

Hoy todo ha pasado,
florecen las plantas.
Un himno a la vida,
los arados cantan.

Y la viejecita
de canas muy blancas
se quedó muy sola,
con cinco medallas
que por cinco héroes
la premió la Patria.

Silencio en la noche.
Ya todo está en calma.
El músculo duerme,
la ambición descansa...
Un coro lejano
de madres que cantan
mecen en sus cunas,
nuevas esperanzas.
Silencio en la noche.
Silencio en las almas...


Versión para cancioneros

Parodia
Silencio en la tarde
Emilio Jiménez Gallego (Emilio "El Moro")

Silencio en la tarde
la gente no duerme
y para la corrida
no hay localidades.

Un clarín se oye
la gente se esconde
porque sale el toro
con sus puñales
echando más babas
que mil caracoles.

Eran cinco hermanos
los cinco albañiles
y el más pequeñito
por fin se decide
cogió su capote
y solo le dio un lance
y cuando despertaba
se vio en un garaje
cubierto de grasas
hasta los riñones.

Silencio en la tarde
sigue el mismo toro
y ya son las nueve
y no hay quien lo mate.








Hoy todo ha pasado
mataron al toro
con catorce bombas
que perdió hasta el rabo.

Y aquel muchacho
sin piernas ni brazos
es una bombona
pero de gas butano
silencio en la noche
vamos a acostarnos.

 Original
Silencio en la noche
(Valverde/Zarzoso)

Silencio en la noche
 ya todo está en calma,
 el músculo duerme
 la ambición descansa.

 Meciendo una cuna
 una madre canta,
 un canto querido
 que llega hasta el alma,
 porque en esa cuna
 está su esperanza.

 Eran cinco hermanos
 ella era una santa,
 eran cinco besos
 que cada mañana
 rozaban muy tiernos,
 las hebras de plata
 de esa viejecita
 de canas muy blancas.
 Eran cinco hijos
 que al taller marchaban.

 Silencio en la noche
 ya todo está en calma,
 el músculo duerme
 la ambición trabaja.

 Un clarín se oye.
 Peligra la Patria.
 Y al grito de guerra
 los hombres se matan,
 cubriendo de sangre
 los campos de Francia.

 Hoy todo ha pasado,
 florecen las plantas.
 Un himno a la vida,
 los arados cantan.

 Y la viejecita
 de canas muy blancas
 se quedó muy sola,
 con cinco medallas
 que por cinco héroes
 la premió la Patria.

Silencio en la noche.
 Ya todo está en calma.
 El músculo duerme,
 la ambición descansa...

Un coro lejano
 de madres que cantan
 mecen en sus cunas,
 nuevas esperanzas.
 Silencio en la noche.
 Silencio en las almas...