Picadita de viruela (Lucecita la tontuela)


Una vez más el humor de Emilio nos deja una genialidad, ya que al mismo tiempo que parodiaba la canción de moda "Picadita de viruela" de la gran Concha Piquer, extrapolaba la letra (Lucecita la tontuela) para incluir también referencias hacia "Lucecita" la radionovela mas oída en esos años.

La llaman Lucecita
y era en la radio un clamor,
pero nadie a la mocita
su niño reconoció.

Ni suenan las lavadoras
ni hay quien se ponga a coser.
En cuanto llega la hora
solo hay llanto a "todo meter".

Y se limpian los ojos
con los visillos
y hay quien de lagrimones
llena un lebrillo.

Lucecita, Lucecita,
Lucecita, picaruela,
con su cara de tontita
vende un millón de novelas.

Ella está de criadita
y al señorito camela.
Don Enrique la trae frita
del corral a la cancela.

Pero esta criadita,
por Gustavo corre y vuela,
que está loca la mocita
porque tiene Lucecita
más calor que una caldera.

Oculta detrás de un olivo
la niña lo vio llegar,
le dijo "entrañas mías..."
y ahora está en maternidad.

Y hablando de sus amores
le daba el amanecer
y pensaba Lucecita:
"¡Ay Dios mío, si me ven!"

Y ahora andando,
que andando bajo la luna,
se le caen lagrimones
como aceitunas.

Lucecita, Lucecita,
Lucecita la tontuela
que tienes a media España
sin fregar ni una cazuela.

En cuanto suenan las cuatro
por todas las casas te cuelas
y aunque lleguen los ladrones
las mujeres no se enteran.

Por el bosque corre y vuela,
sube y baja la mocita...
y ya está la Lucecita
y ya está la Lucecita
como Pérez de Tudela!
¡Lucecitaaaaa!... ¡Lucecitaaaa!...

Se llamaba Dolorcitas
y era talmente una flor,
pero nadie a la mocita
le dijo cosas de amor.

Sevilla madrugadora
la ve en encierro coser,
desde el filo de la aurora
al morado atardecer.

Y a través del encaje
de los visillos,
esta copla la llega
como un cuchillo.

Picadita, picadita,
picadita de viruela,
con la cara morenita
del color de la pajuela.

Nadie le dice bonita
nadie de amor la camela,
como un lirio se marchita
sentadita en su cancela.

Y el aquel de su penita
por Sevilla corre y vuela:
no se casa esta mocita
porque tiene la carita
picadita de viruela.

Oculta en la celosía
Dolores lo vio llegar
le dijo: "entrañas mías...
quisiera contigo hablar".

Y hablaron hasta de amores
más siempre al anochecer,
pensando siempre Dolores
¡Ay, Dios mío! si me ve.

Y una noche que hablando
salió la luna,
se cayeron las torres
de su fortuna.

Picadita, picadita,
picadita de viruela,
que dolor de Dolorcitas,
si un amor no la consuela.

Uno la dijo: ¡bonita!
por él la niña se cuela
y al verla señaladita
no ha vuelto por la plazuela.

Y el aquel de su penita
por Sevilla corre y vuela:
no se casa esta mocita
porque tiene la carita
picadita de viruela.

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