Apoyada en el quicio de una churrería,
la encontré ligando una noche de mayo.
Pasaban los hombres y ella sonreía
mientras se aguantaba
el dolor de los callos.
"Serrano, ¿me das candela?"
Y yo le dije: "Mujer,
con mi mechero de yesca,
yo te pongo como un tren".
Bajé del 600, candela le di,
y fueron dos verdes lechugas de mayo
sus ojos para mí.
Ojos verdes,
verdes como la espinaca.
Verdes como una persiana,
al verde, verde melón.
Ojos verdes, verdes,
ojos de cegata,
ojos verdes, verdes, como el Papillon.
para mí ya no hay soles,
tormentas ni rayos,
no hay más que unos ojos
de perro pachón.
Ojos verdes,
verdes como la espinaca.
Verdes como un viejo verde,
y al verde, verde, melón.
Vimos desde el catre despertar el día,
y asomar dos ratas debajo la cama.
Dejaste mis brazos cuando amanecía,
en mi boca un gusto a tinto y mojama.
Serrano...
Para gasolina yo te quiero regalar.
Yo te dije: Estás cumplido
no te quiero arruinar.
Cogí mi 600, por fin te perdí,
y nunca otra noche más perra de mayo
yo he vuelto a vivir.
Ojos verdes,
verdes como la aceituna.
Verdes como la verdina
del verde, verde pilón.
Ojos verdes, verdes,
sin una pestaña,
y con más legañas que un viejo león.
Para mí no hay soles, luceros, ni luna,
no hay más que unos ojos
que dos ajos son.
Ojos verdes,
verdes como los pepinos.
Verdes como un viejo verde,
al verde, al verde, al verde,
y al verde, y al verde, y al verde,
y al verde verdor.