La rosa de capuchino

Parodia del tema "La rosa de capuchinos" de Marifé de Triana

Qué feíta,
ni pintada por los pinceles de un chiquillo,
qué carita,
y un bigote con más pelo que un cepillo.

La niña como un ditero
por calles y plazas vendiendo alfajores.
Los niños al retortero
con los tirachinos
le hacen chichones.

Y una noche muy mala de Mayo
entró en un corral.
Y al revuelo de todas las gallinas
se puso a cantar.

Pollitas de capuchino
llevo un día sin comer,
dame el pollito más fino
que está junto a la pared.

¿De qué corral lo han robado
con cresta tan amarilla?.
Eso es que sólo le han dado
azafrán de carterilla.

Yo tengo sembrado de coles
de Ceuta a Torremolinos,
para que me hagáis un buen caldo,
pollitas de capuchino.

Ni un minuto
la pechuga de aquel pollo le ha durado.
Y de luto
se vistieron to los pavos del condado.

Siguió su voz de becerro
vendiendo alfajores por la plazoleta.
Su novio Baldomero
la espera escondido con una escopeta.

Y esa noche que no era de Mayo
toda espantada,
se enteró de lo mucho que escuece
un tiro de sal.

Rosita de capuchino
como te agarre otra vez.
Tengo una vara de pino
que vas a tener para un mes.

Te daré más que a una estera,
procura que no te oiga,
que el día que te eche mano
te voy a enganchar de una noria.

Rosita,

tus alfajores me saben a cebollino,
y con tan malos olores
despierto a todos los vecinos.

Que bonita,
ni pintada por los pinceles de Murillo.
Qué carita,
envidiada por el coral de los zarcillo.

La niña como un jilguero
por calles y plazas pregonando flores.
Los hombres al retortero
bebían sus vientos
con ansias de amores.

Y una noche de la cruz de Mayo
entró en un corral.
Y en los ojos de un mozo de rumbo
leyó este cantar.

Rosita de capuchinos
verde nardo y clavel,
dame el ramito más fino
del jardín de tu querer.

¿De que rosal has robado
la sangre de tus mejillas?.
Si eres lo más delicado
de los parques de Sevilla.

Que tengo sembradas de flores
las piedras de tu camino,
porque quiero que me adore
la rosa de capuchinos.

Ni un minuto
el querer de aquel mocito le ha durado.
Y de luto
se vistió su corazón abandonado.

Si oigo su voz de jilguero
pregonando flores por la plazoleta.
Cambio el mantón dominguero
por uno dorado como sus violetas.

Y otra noche de la cruz de Mayo
llenita de azahar,
se encontró frente a frente a los ojos
de un hombre cabal.

Rosita de capuchinos
verde nardo y clavel.
Quién te ha sembrado de espino
el rosal de tu querer.

Quién le pintó esas ojeras
a tu carita de rosa.
Quién te mandó que sufrieras
igual que una dolorosa.

Mocita

vuelve a tus flores y olvia tu desatino.
Que yo no quiero que llore
mi rosa de capuchinos.