La muerte del caballo

Parodia del popular tema de Juanito Valderrama "La muerte del Piyayo"





Ven aquí y remienda ahora,
y remienda estos calzones,
porque tengo ya agujeros
que caben cuatro melones.
Ven acá, remienda ahora
y remienda estos calzones.

Madre, se ha muerto el caballo,
aquel percherón tan viejo
de pelo tordo y muy tieso
que nos tocó en un sorteo.

Aquel jaco resabiado
por todos los mozos del pueblo,
que mató a un guardia jurado
y dejó baldado a un cartero.

Aquel que con la carreta
subía las cuestas cargado,
cuando tú hacías mesa limpia
con todos los supermercados.

Pero una yegua careta
de la huerta que hay aquí al lado,
lo puso tan majareta
que el pobre ya la ha diñado.
(por peteneras)
¡Ay, la yegüita cañí,
cuánto daño hizo a aquel penco!.
¡Madre, se ha muerto el caballo!
¿Quién cuidará del becerro?

Por él lloras en la feria
desde Córdoba a Chinchón,
y lo has mandado a Sierra Yegua
para que lo hagan salchichón.





Si viene el veterinario
preguntando quién se ha muerto,
decidle que va a cargar
con todos los remordimientos,
si viene el veterinario,
no le digan quién se ha muerto.

Todo en este mundo es mentira
no hay mas verdad que la muerte
y no hay quien me lo contradiga.

Ven acá remediadora
y remédiame los males
que si tu no lo remedias
ya no lo remedia nadie.
Ven acá remediadora
y remédiame los males

Madre, se ha muerto el Piyayo
aquel gitano reviejo
de pelo blanco y rizado
como vellón de cordero.

Aquel calé retostado
por todos los soles y el viento,
que para mantener a su gente
no daba descanso al cuerpo.

Aquél que con la sonanta
ocultaba sufrimiento,
cantando por bulerías
mientras vivía muriendo.

Porque una gitana guapa
que era de su alma espejo,
sangre de su misma sangre
se marchó lejos… muy lejos.
(por peteneras)
!Ay, la chavala cañí,
cuánto daño hizo al abuelo!.
!Madre, se ha muerto el Piyayo!
¿Quién amparará a los nietos?.

Por él redoblan los bronces
y dicen con sus lamentos
que fue una pena “mu jonda”
la que se llevó al abuelo,
y cuando lanzan sus quejas
con voz profunda los vientos
parece que estremecido
dice a la mocita el viejo:

Si oyes doblar las campanas,
no preguntes quién se ha muerto,
que a ti te lo dirá
tu propio remordimiento
si oyes doblar las campanas,
no preguntes quién se ha muerto.