Parodia de la famosa copla del mismo nombre que popularizó Alejandro Conde
El pueblo quiere enterarse
por qué ando siempre bebido,
y yo le digo a la gente
que no se metan en líos.
Pero tú sabes de sobra
que me dejaste sin parné,
te llevaste de la casa
los clavos de la pared.
Me está costando la vía
no haberte puesto un barreno,
y que el pedazo más chico
llegara a Montevideo.
Con esa pena que me trajo la suerte
no hay en el mundo, mi Dios, un castigo.
Es como un toro retratado en mi frente
que está acabando a cornadas conmigo.
Decir no quisiera, no quisiera
ni a los cuatro vientos,
lo que tengo pensado hacer contigo
si algún día a mi vera te encuentro.
Ayer tu madre en la calle
me dijo que te buscara,
y yo le di un paraguazo
pues tiene tu misma cara.
Y temblaba como un pulpo
de la envidia y rabia que me entró,
al verla salir de casa
llevándose el escobón.
Así que dejad que beba
hasta que caiga torcido,
para no acordarme de ella
ni de la madre que la ha perdido.
Soy desgraciado como un pollo por Pascua
y tengo embotados los cinco sentidos.
Hace diez años que a mí me lo decían
y yo nunca me lo había creído.
El día que te encuentre, yo quisiera
colgarte de un puente,
y tenerte de esta manera,
hasta que a mí me crezcan los dientes.
Y tenerte de esta manera,
hasta que a mí me crezcan los dientes.
La gente quiere enterarse
por qué ando siempre bebido
y yo le digo a la gente
porque bebiendo se olvida.
Pero tu sabes de sobra
que no bebo para olvidar
sino para que nadie sepa
lo que te juré callar.
Me está costando la vida
cumplir este juramento
porque tu nombre en los labios
me sale a cada momento.
Como esta pena que me trajo la suerte
no hay en el mundo mi Dios un castigo.
Es como un toro de pasión y de muerte
que está acabando serrana conmigo
Decirlo quisiera
a los cuatro vientos
y me callo por ti compañera
y eso sí que son grandes tormentos.
Ayer tu niña en la calle
me pidió que la besara,
y a mí me entró escalofrío
pues tiene tu misma cara.
Y me temblaron la carnes
de la envidia que me entró,
en pensar que aquella rosa
podría ser de los dos.
Así que deja que beba
hasta que caiga rendido
para reponerme por dentro
con tu cariño y el mío
Como esta pena que me trajo la suerte
no hay en el mundo mi Dios un castigo.
Es como un toro de pasión y de muerte
que está acabando serrana conmigo
Decirlo quisiera
a los cuatro vientos
y me callo por ti compañera
y eso sí que son grandes tormentos.
Y me callo por ti compañera
esto sí que son grandes tormentos
Versión para cancioneros