Gitana, que tú serás,
como la falsa moneda,
que no vales ni un real
aunque te vistas de seda.
Que no vales ni un real
y que cada día estas más fea.
Solté el revolver para no matarla,
cerré los ojos para no apuntar,
como soy débil para empujarla,
cogí la puerta sin decir nada.
Me voy, mujer mala, me voy de tu vera,
rueda"lo mismito que una maldición,
y un yeyé permita
que otro que te quiera,
la nevera pague,
pague la nevera y la televisión.
¡Gitana! Tú te verás
como tu madre y tu abuela,
comiendo papas guisas
en la puerta de una cueva.
Besó los negros del Congo Belga,
y a cuatro suecos que había en Granada.
Y aquella tarde fue a un regimiento,
y hasta al sargento quiso abrazar.
Cuando se marchaba, no quise mirarla,
ni lancé un mugido, ni le dije adiós.
Me quedé en la puerta y para darle rabia
me limpié las uñas,me limpié las uñas,
con su tenedor.
Gitana, que tú serás
lo mismo que una coneja,
que no para de criar
desde enero a Nochebuena.
No te puedes figurar
lo tranquilo que me dejas.